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un principio se nos preguntó si nos gustaban las matemáticas, a lo que yo
respondí que no. En estos momentos no es que me fascinen las matemáticas pero
ahora las tolero, esto según yo porque no se nos ha pedido que respondamos
problemas por solo responderlos sino que ahora son intencionados pues yo como
futura docente espero abordar los conocimientos de matemáticas de modo que mis
alumnos los entiendan.
Para
empezar el curso de álgebra se comenzaron a realizar unos bloques, estos en un
principio tienen objetivos de presentarnos una propuesta alternativa para el
estudio del álgebra, con el fin de refrescar los conocimientos matemáticos
adquiridos durante la preparatoria, y someter a nuestro análisis una propuesta
didáctica en la que se apliquen las ventajas de un procesador algebraico que
facilite el aprendizaje del álgebra como un lenguaje para expresar y justificar
generalizaciones sobre el comportamiento de patrones numéricos.
Uno
de los principales objetivos por lo que se han desarrollado los bloques en el
curso de Álgebra su enseñanza y su aprendizaje es desarrollar en el alumno un
aprendizaje matemático, de esto sobreviene una serie de beneficios que van
desde una mayor agilidad en el uso y manejo del lenguaje algebraico. El ser más
analítico es otro de los frutos que se lograron en el curso de Álgebra.
Mientras
resolvía los bloques me di cuenta de que los hacía con el único propósito de
resolver las ecuaciones para lograr a través de un procedimiento favorecer la
lectura e interpretación de las expresiones
algebraicas para lograr un objetivo, en algunas ocasiones el proceso era
más intuitiva en lugar de uno más pensado o elaborado. Lo que me pareció un
buen punto de contraste porque así me doy cuenta con mayor facilidad del
estudio de las reglas formales para operar con las expresiones algebraicas
involucradas en funciones, ecuaciones y expresiones polinomiales.
La
realización de los bloques me servirán en mi futura práctica docente, uno de
los principales problemas en los niños es que no usan un lenguaje apropiado
para dirigirse a ciertos aspectos de las matemáticas, una de las razones del
problema mencionado es que no piensan algebraicamente, porque los docentes no
han sabido pasar al niño de un lenguaje común a uno algebraico, la realidad es
que ese cambio se da, pero de una manera tan brusca que el niño no lo entiende.
El
desafío es que nosotros si sepamos llevar al niño por un proceso continuo y con
etapas bien definidas que no den espacio a los malos entendidos o a la negación
hacia las matemáticas.
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